RECAPITULACIÓN
Este año 2012 ha sido muy duro, realmente conflictivo y desastroso. Zapatero salió del gobierno por patas, y con una mayoría absoluta aplastante, se nos presentaron Mariano Rajoy y toda su corte con promesas y más promesas que ensalzaban el fin de la crisis, el fin de una época de vacas flacas y la recuperación económica tan ansiada, eso sí, con esfuerzo y perseverancia. Las palabras se las lleva el viento, y las promesas de los políticos, más si cabe. A pesar de eso, se intuía de antemano lo que se nos venía encima, a pesar de que Rajoy dijo y redijo que no iba a subir el IVA, entre otras cosas. Lo que estaba claro es que, con una deuda de tres billones de euros, la credibilidad de España por los suelos, la prima de riesgo a niveles astronómicos, y casi cinco millones de parados, las cosas no iban a ser como antes. Ya no somos la sexta potencia más poderosa del mundo. España ya no es lo que era, casi podría decirse, que nos encontramos en un estado pobre, débil y agónico, que lucha por sobrevivir entre una maraña de buitres.
No se le pueden pedir peras al olmo, señores. La situación es la que es, y lo que no puede hacer un país endeudado hasta las trancas, es vivir como vivía antes: como un Rey. La teoría es muy fácil: si no hay dinero, no se puede gastar. Así de sencillo. ¿Cómo pretende la gente que el Estado pague absolutamente todo, si no tiene ni un duro en sus arcas, y encima le debe dos billones de euros a Alemania, Francia y a la madre que los parió? ¿Qué pretende esa gente que no para de quejarse (quizás con razón, porque están muy quemados, cosa comprensible pero a su vez asfixiante y agobiante), pidiendo que no se rescate a la banca del país, cuando de hecho, la banca, es uno de los pilares fundamentales de la economía de España? ¿Cómo vamos a costear y conservar los mismos servicios en Educación y Sanidad (los más caros, sin duda) de los que presumíamos con orgullo hace cuatro años, cuando nos faltan euros y nos saltan deudas y deudas por todos lados? ¿Cómo no va a haber cinco millones de parados, si nuestra credibilidad ha sido pisoteada porque los cabecillas de antaño decidieron cubrirse de gloria y ganar unas elecciones negando la evidencia de una crisis económica y derrochando dinero por doquier, endeudándonos hasta las trancas y vaciando las arcas hasta dejar solo polvo y telarañas, únicamente para no menguar la calidad de vida de los españoles y mostrarse como unos gobernantes solidarios, que cuidan de su pueblo y que no abogan jamás por los recortes? ¡Así yo también sé jugar a esta partida de ajedrez!
¡Todo era muy bonito cuando los servicios indispensables relucían bajo el sol, cuando nuestro gobierno se preocupaba para que a nadie le faltara de nada, gastándose un dinero que no teníamos! ¡Todo era muy bonito cuando la banca nos prestaba dinero para nuestras hipotecas y nuestros gastos personales!
¡Ahora todo es muy feo, cuando llega un nuevo gobierno, cierra el grifo a tanto derroche, asume la deuda que hay y empieza a recortar para devolver el dinero que le debemos legítimamente a la Merkel y al Hollande! ¡Ahora todo es muy feo porque el Gobierno decide gastarse el dinero en restaurar esa banca arruinada que ahora odiamos porque no nos ofrece préstamos, en vez de invertirlo en mejorar la sanidad y la educación! ¡Ahora odiamos a la Unión Europea porque desde arriba nos dicen que hay que subir el IVA y que nos demos aire y apretemos más el cinturón porque si no caeremos en el abismo y no podremos salir! España es HIPOCRESÍA pura y dura, señores. Cuando vivíamos bien, todo nos parecía perfecto. En el momento en el que algo ya no nos cuadra, la culpa siempre para los mismos. La cuestión es quejarse. Errores haberlos, hailos. Corrupción haberla, haila. Pero, por el Amor de Dios, ¿quiere España despertar de una vez? ¿Quieren los españoles asumir, y a pesar de que nos duela, de que nos caguemos en todo, a pesar de nuestros llantos, de nuestra impotencia, de nuestra depresión y nuestro dolor, quieren los españoles ASUMIR DE UNA VEZ, que estamos ARRUINADOS? ¿Qué no podemos vivir como antes? ¿Qué las cosas ya no funcionan igual? ¡Qué queremos de la vida y de la sociedad! La situación es muy mala. Solo podemos esperar, empezar ahorrar, liberarnos un pelín de la deuda, para dejar de andar asfixiados, y así poder empezar a invertir en trabajo y desarrollo, y empezar a crecer. Dejemos trabajar, sacrifiquémonos durante una temporada. Ahora vienen las vacas flacas. Siempre, después de una época mala, viene una época de bonanza. Los augurios apuntan a 2013. La Unión Europea nos felicita, parece que vamos por buen camino. España, por favor. Unámonos por sacar esto adelante. Pero dejemos trabajar. Y trabajemos todos juntos. Ese es mi deseo para la entrada del nuevo año. Que España sea una, y que juntos, salgamos de esta crisis, lentamente, pero de una vez por todas.
No se le pueden pedir peras al olmo, señores. La situación es la que es, y lo que no puede hacer un país endeudado hasta las trancas, es vivir como vivía antes: como un Rey. La teoría es muy fácil: si no hay dinero, no se puede gastar. Así de sencillo. ¿Cómo pretende la gente que el Estado pague absolutamente todo, si no tiene ni un duro en sus arcas, y encima le debe dos billones de euros a Alemania, Francia y a la madre que los parió? ¿Qué pretende esa gente que no para de quejarse (quizás con razón, porque están muy quemados, cosa comprensible pero a su vez asfixiante y agobiante), pidiendo que no se rescate a la banca del país, cuando de hecho, la banca, es uno de los pilares fundamentales de la economía de España? ¿Cómo vamos a costear y conservar los mismos servicios en Educación y Sanidad (los más caros, sin duda) de los que presumíamos con orgullo hace cuatro años, cuando nos faltan euros y nos saltan deudas y deudas por todos lados? ¿Cómo no va a haber cinco millones de parados, si nuestra credibilidad ha sido pisoteada porque los cabecillas de antaño decidieron cubrirse de gloria y ganar unas elecciones negando la evidencia de una crisis económica y derrochando dinero por doquier, endeudándonos hasta las trancas y vaciando las arcas hasta dejar solo polvo y telarañas, únicamente para no menguar la calidad de vida de los españoles y mostrarse como unos gobernantes solidarios, que cuidan de su pueblo y que no abogan jamás por los recortes? ¡Así yo también sé jugar a esta partida de ajedrez!
¡Todo era muy bonito cuando los servicios indispensables relucían bajo el sol, cuando nuestro gobierno se preocupaba para que a nadie le faltara de nada, gastándose un dinero que no teníamos! ¡Todo era muy bonito cuando la banca nos prestaba dinero para nuestras hipotecas y nuestros gastos personales!
¡Ahora todo es muy feo, cuando llega un nuevo gobierno, cierra el grifo a tanto derroche, asume la deuda que hay y empieza a recortar para devolver el dinero que le debemos legítimamente a la Merkel y al Hollande! ¡Ahora todo es muy feo porque el Gobierno decide gastarse el dinero en restaurar esa banca arruinada que ahora odiamos porque no nos ofrece préstamos, en vez de invertirlo en mejorar la sanidad y la educación! ¡Ahora odiamos a la Unión Europea porque desde arriba nos dicen que hay que subir el IVA y que nos demos aire y apretemos más el cinturón porque si no caeremos en el abismo y no podremos salir! España es HIPOCRESÍA pura y dura, señores. Cuando vivíamos bien, todo nos parecía perfecto. En el momento en el que algo ya no nos cuadra, la culpa siempre para los mismos. La cuestión es quejarse. Errores haberlos, hailos. Corrupción haberla, haila. Pero, por el Amor de Dios, ¿quiere España despertar de una vez? ¿Quieren los españoles asumir, y a pesar de que nos duela, de que nos caguemos en todo, a pesar de nuestros llantos, de nuestra impotencia, de nuestra depresión y nuestro dolor, quieren los españoles ASUMIR DE UNA VEZ, que estamos ARRUINADOS? ¿Qué no podemos vivir como antes? ¿Qué las cosas ya no funcionan igual? ¡Qué queremos de la vida y de la sociedad! La situación es muy mala. Solo podemos esperar, empezar ahorrar, liberarnos un pelín de la deuda, para dejar de andar asfixiados, y así poder empezar a invertir en trabajo y desarrollo, y empezar a crecer. Dejemos trabajar, sacrifiquémonos durante una temporada. Ahora vienen las vacas flacas. Siempre, después de una época mala, viene una época de bonanza. Los augurios apuntan a 2013. La Unión Europea nos felicita, parece que vamos por buen camino. España, por favor. Unámonos por sacar esto adelante. Pero dejemos trabajar. Y trabajemos todos juntos. Ese es mi deseo para la entrada del nuevo año. Que España sea una, y que juntos, salgamos de esta crisis, lentamente, pero de una vez por todas.
He dicho,
José Carlos Martínez Valero